viernes, 26 de septiembre de 2008

En espiral

Tal vez pienso en perderme, para volver a encontrarme, tal vez he tenido la curiosidad,
tal vez no he recordado lo mucho que duele, lo fuerte que es tocar el fondo,
y lo más simple, lo más insignificante cobra un sentido diferente... cuando
el alma te duele de tanta soledad, de tanto vacío, cuando ya no puedes compartir,
y te vas quedando, te vas haciendo aparte, y todo el amor, y todo el suspiro,
se guarda en el cajón.

No quiero recordar, no quiero volver a vivirlo, a veces lo necesitamos, para valorar, para
aprender, para cuestionar, para entender.

La soledad te enseña mucho sobre tí mismo, cosas que nunca encontrarás en nadie más, porque
sólo en tí las descubres, pero las personas, el amor, los seres humanos estamos aquí, para
despertar lo más valioso y lo más hermoso que hay en el otro, tenemos el poder de sacar lo mejor y lo peor del ser humano, y en esa dualidad existimos, en esa dualidad nos mantenemos en pie,
para reconocernos, para variar, para poder ser y expresarnos...

Así somos, así hemos evolucionado, y la transformación vendrá con el tiempo y los instantes aprendidos...

anna

domingo, 21 de septiembre de 2008


duele el silencio, cuando todo está quieto, cuando la calma hace eco..
duele el silencio, en la boca, en los dedos, en la soledad, en el vacío...
duele, y sin más, me lleno de falsedad, de dominio se apodera mi ego,
de dulce transparencia, disfrazada de irrealidad, duele el viento,
duelen las ganas, duele mi verso, realidad que amenaza.

anna

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Me acuerdo de mí, de aquellos tiempos en los que fui y solía ser,
de aquellos momentos donde no solía ser más que yo misma,
y todo andaba bien, no me exigía, no pretendía, no me forzaba,
tan sólo era, y con eso bastaba...

Recuerdos, eso queda, cuando el tiempo corre, y miro el reloj,
miro las fotos, y veo la vida que recorrí, vi lo que era, y me encantaba,
sin pretender, sin engañar, sin nada, autenticidad...

¿En qué momento me perdí? ¿En qué momento perdí la fuerza?
¿En que instante dejé de ser yo porque dolía aceptarme como era?

Me fui dejando llevar, me fui dejando a la deriva, porque desconocía mi rumbo,
porque tenía miedo, porque el vacío y la ausencia me llenaban de oscuridad...

Y hoy veo luz, veo colores, veo las estrellas, siento la calma, siento todo,
la brisa, el calor, las nubes contándome historias, la luna jugando a esconderse,
el amor, el amor toca suavemente el silencio, me invade de luz, me llena...

Me llena...

anna

lunes, 15 de septiembre de 2008


Me imagino en tu vientre, entre el borde que queda en tu piel y mi suspiro, me quedo quieta, delirandote, soñando con la imágen de tu mirada, con aquello que tu me das...


Las alas que siento al sentirme libre...


Las alas que me das para volar...


anna

jueves, 11 de septiembre de 2008


LOS AMOROSOS Jaime Sabines

Los amorosos callan. El amor es el silencio más fino, el más tembloroso, el más insoportable. Los amorosos buscan, los amorosos son los que abandonan, son los que cambian, los que olvidan. Su corazón les dice que nunca han de encontrar, no encuentran, buscan. Los amorosos andan como locos porque están solos, solos, solos, entregándose, dándose a cada rato, llorando porque no salvan al amor. Les preocupa el amor. Los amorosos viven al día, no pueden hacer más, no saben. Siempre se están yendo, siempre, hacia alguna parte.Esperan, no esperan nada, pero esperan. Saben que nunca han de encontrar. El amor es la prórroga perpetua, siempre el paso siguiente, el otro, el otro. Los amorosos son los insaciables, los que siempre "¡qué bueno!" han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento. Tienen serpientes en lugar de brazos. Las venas del cuello se les hinchan también como serpientes para asfixiarlos. Los amorosos no pueden dormir porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la obscuridad abren los ojos y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana y su cama flota como sobre un lago.
Los amorosos son locos, sólo locos, sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas temblorosos, hambrientos, a cazar fantasmas. Se ríen de las gentes que lo saben todo, de las que aman a perpetuidad, verídicamente, de las que creen en el amor como en una lámpara de inagotable aceite.
Los amorosos juegan a coger el agua, a tatuar el humo, a no irse. Juegan el largo, el triste juego del amor. Nadie ha de resignarse. Dicen que nadie ha de resignarse. Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla, la muerte les fermenta detrás de los ojos, y ellos caminan, lloran hasta la madrugada en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.
Les llega a veces un olor a tierra recién nacida, a mujeres que duermen con la mano en el sexo, complacidas,a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios una canción no aprendida Y se van llorando, llorando la hermosa vida.

miércoles, 10 de septiembre de 2008


¿Qué he encontrado aquí?
Aún me lo pregunto, aún quedo en lo incierto,
de los instantes que me perdí, de las noches que no soñé,
de las tardes que no dormí,
de tu nombre que no pronuncié...
-qué quedó de mí-
anna

Comienzo...

Entre la distancia que separa los días, entre las caricias, y los desvelos, entre tu mirada y la mía,
entre cada una de las cosas que conforma mi vida, hoy estoy aquí, hoy estás aquí, hoy me lleno de vida, aún cuando no sepa cómo, ni cuándo, ni porqué; existes en mí, pero me llena el saber que estoy y puedo ser, que cada día salgo al encuentro, que cada día lucho por definir el rumbo, y aún no consigo, aún me falta, pero ¿qué importa?...

Llevo los ojos cansados, llevo las manos rotas, descociendose, llevo tu suspiro en la boca, y mis ansias de sabor a tí, vida, anhelo, ilusión, constante búsqueda, respuestas...

Aquí empieza mi camino, aquí defino mis historias, aquí me entrego...