lunes, 26 de enero de 2009

Transfusión...


Muchos cambios están ocurriendo, dentro y fuera de mi,
lo veo venir, está llegando, todo es con tiempo, con paciencia,
con una fe interminable, inquebrantable.

Siento que esta vez, la mente, puede hablar cuanto tiempo quiera,
pero el corazón está tranquilo, guarda silencio y sonríe,
no sé porqué, pero me da tranquilidad y seguridad sentirlo así.

Hace tanto tiempo que no me sentía con esta libertad,
con el corazón cada día más fortalecido, más recuperado,
cada día me siento mejor, y se que me sentiré igual de bien y más,
con el paso de los días, y las semanas.

Ya no busco comprender, no quiero saber, ahora quiero aceptar,
aceptar lo que me toca, pues lo que puedo hacer, lo haré, y lo que no esté
en mis manos, dejarlo en manos de Dios, pues yo ya no puedo más.

Estoy agradecida, me siento con una plenitud que no puedo explicar,
creo que tengo ángeles que me cuidan la espalda, que están a mi lado,
y que me apoyan cuando más lo necesito, pues no encuentro otra explicación.

Por vez primera me siento tranquila, en paz, no busco nada, más que permanecer
en silencio interno, porque así quiero estar, con desapegos, con amor propio,
llenando aquello que nadie pudo llenar, y que sólo yo puedo hacerlo por mi misma.

Voy recreándome paso a paso, con confianza, con fe, con esperanza,
y si un día me siento cabizbaja, sé que habrá un nuevo amanecer, no siempre
la noche es oscura y fría, así como el tiempo cambia, todo cambia dentro de mí,
y lo que un día fue tristeza, se convertirá en felicidad, en amor eterno, en alegría infinita.

Y si me preguntan,¿ a quién amo? respondería, que amo todo lo que forma parte de mi
y lo que no, aquello que me gusta y me disgusta, aquello que no sé, aquello que domino,
mis dudas, mis aciertos, mi locura, e indecisión, mis defectos como humano, pero también
mi gran corazón, y el de todas las personas que me han compartido un poco o mucho
de su ser, creo que tengo que estar agradecida de todo lo que tengo, y de todo lo que está por venir...

Agradecida por siempre, por cada experiencia vivida, por todo el aprendizaje, por cada batalla
perdida o ganada, pero con los ojos abiertos para crecer, para ser mejor, para madurar
y amar mejor, para ser más feliz, y que los demás también lo sean.

Mucho que agradecer, mucho que perdonar, mucho que perdonarme, y que me perdonen,
mucho por dar, mucho por vivir, mucho por sentir, mucho por entregar, mucho por estar y ser,
mucho por servir y recibir...

Aún estoy en el camino...

Aún comienzo una ruta nueva, llena de muchos sentidos, estoy sin nada, y con todo a la vez,
no tengo nada, y creo que no me asusta, al contrario, me emociona lo que puede llegar,
quiero que la vida me sorprenda siempre, y que yo pueda maravillarme con todo lo que me da.

Anna

viernes, 23 de enero de 2009

Sueles pensar


La verdad duele cuando te confronta, cuando te arrebata,
sientes como el mundo se derrumba, cómo todo suele caerse,
y aunque intentes no te puedes levantar, ha sido tan fuerte la caída,
que te ves ahí, tendida en el piso, mirando hacia arriba,
para intentar recuperarte, pero no puedes, no quieres, estas derrotada.


La humedad cubre tus sentidos, las lágrimas se secan en tu piel,
y el frío aumenta con la noche.

Parece que todos están en contra tuya, como si la luna estuviera ausente,
y las estrellas desaparecieran, te quedas sin voz, sin mente, te quedas
con el alma envuelta en cristales de falsedad.


Estas ahí, con sentido de ausencia,
de nada sirve volver atrás,
ya has ido tantas veces, que no hay fuerzas para intentarlo,
y aunque así fuera, sabes que no puedes, y en el fondo,
tampoco quieres hacerlo.


Te permites devorar fantasmas del ayer,
pero solo carcomen tu ficción,
recreando aquello que no pudo ser.


Te lamentas, te excluyes, te niegas, te revuelcas,
te atormentas, te hieres, te pierdes, te revientas,
y no consigues nada.


La sal por más que queme, sabes que cura las heridas,
y te zambulles en un mar blanco y cristalino,
te arde el corazón, te arde el cuerpo, te arde la piel,
sangras al sentir, es normal diría yo,
pero como duele, como duele.


Te quedas mirando un espejo,
no reconoces lo que ves, no te gusta lo que ves,
se han llevado todo de ti,
hasta lo más absoluto,
lo inimaginable.


Quedan retazos del ayer, no los quieres,
solo recoges trozos de ti,
de aquello que solía ser tuyo,
de aquello que te hacía feliz.


Te vas, poco a poco, no necesitas mas,
la sal ya no es la solución,
el veneno mortal ha sido muy fuerte,
y optas por algo suave, algo que te suavice y te cure...


Piensas en el mar, ¿cómo no se te ocurrió antes?
tiene sal, tiene vida, movimiento, color, olor, sensación,
y te cura...


En seguida, sin pensar, te desnudas, te aquietas,
y tus piernas corren hacia la orilla, tus pies rozan el agua,
el mar te invita, te entregas toda...


Ahí descubres, tu verdadera salvación...

Anna Flota


jueves, 22 de enero de 2009

Antes de dormir

Cada día es un nuevo reto, un nuevo despertar,
hoy ya no soy la de ayer, hoy soy más fuerte que nunca,
la sonrisa se tatua en el alma, y así quiero dormir,
no me despiertes por favor,
dejame así, que disfruto de a poquitos
los espacios de mí feliz.
Hoy ya es de noche,
y aunque sea tarde,
dormiré feliz.

domingo, 18 de enero de 2009

Vida, Muerte y Sueños


Hablar de la muerte, es algo que forma parte de la vida, pero la gente prefiere no hablar de ello,

porque las personas muchas veces no quieren hablar de cosas que les duelen, y por lo tanto evitan las cosas, pero algo que se vuelve inevitable para el ser humano es morir, y eso es algo que aunque queramos evadir, siempre sucederá tarde o temprano.

Una persona muy cercana, está en sus últimos días, es mi tía, hermana de mi mamá, y crecí con ella, tengo buenos recuerdos, aunque tampoco he estado muy apegada a ella, pero todo esto me hace pensar y cuestionarme muchas cosas.

Nosotros, las personas, tenemos tanto miedo, a vivir, a darnos, a entregarnos para siempre en la totalidad, tenemos tanto que aprender!!, tenemos tanto que perdonar!!, empezando por nosotros mismos, y perdonar a la gente que más amamos, porque desgraciadamente, la gente que más amamos, es la que más nos lastima, y eso sucede casi siempre, tal vez porque somos humanos, y necesitamos aprender de los errores, y en el camino, herimos, y somos heridos, pero es parte del todo, y debemos confiar y debemos estar libres de todo tipo de rencores, de resentimientos, que solo nos ponen una carga en el alma, en el cuerpo, y al final podemos enfermar, y por consiguiente, llegar al final de la vida.


Tal vez digo todo esto, porque una parte de mí busca liberarse y trascender, y quiero estar bien, ya que el día que yo me vaya de este mundo, quiero dejar lo mejor de mí en cada persona que conocí, aunque sea algo bueno, o positivo, o quizá negativo, pero que sirvió de algo... eso es lo importante.


El adiós, es algo que siempre va a ser difícil, no hemos aprendido a soltar, nadie te enseña a despedirte para siempre, porque siempre tenemos la esperanza de que volverás a ver a esa persona, aunque te haya lastimado, algo bueno también te dio y te aportó, pero también decir adiós es un tipo de muerte, de muerte interna, porque aunque no mates el recuerdo, la persona ya no está, y su presencia es algo que siempre vas a extrañar, pero por motivos diversos, ya no puede estar presente, y duele, duele que no esté, aunque si presencia te hería, la ausencia también lastima, y vivimos un duelo, que solo con el tiempo, las vivencias y la vida vas logrando superar.


Creo que la fe es importante, creo que la esperanza, la fuerza, la templanza, la sabiduría, los espacios y los puntos suspensivos en nuestras vidas son importantes, para poder meditar sobre lo que queremos en nuestras vidas, sobre aquello que añoramos y soñamos, y sobre todo para buscar aquello que nos hace feliz, que finalmente es nuestra misión, el ser feliz, empezando por uno, y por cosnsiguiente harás feliz a los demás.


Anna

jueves, 15 de enero de 2009

ir dejando...

El tiempo, la distancia, la soledad, el pensamiento, todo esto ayuda al olvido.
Muchas veces cuando decimos adiós nos aferramos a aquello que fue, al pasado,
recordamos los momentos buenos, y muy difícilmente recordarmos los malos, en
mi caso así fue, recordaba más las cosas buenas que malas, y no sé porqué, pero a veces
pienso que es peor, porque extrañas más, añoras más y por consiguiente también sufres,
pero me pongo a pensar, y también sucede lo mismo si odias o si estas resentida con esa persona,
porque igual la extrañas, la piensas, y al mismo tiempo te duele todo lo que te hizo, por eso es importante perdonar, soltar, dejar ir, quedarte con el recuerdo bonito de lo que una vez fue, y no pensar más, agradecer por todo y despedirse, hacerlo día a día, como un canto, como una oración,
el tiempo puede durar bastante, pero no importa, hazlo las veces que sean necesario, llora, platica, estate a solas, juega, camina, distraete, escribe, canta, guarda silencio, pero jamás ignores lo que sientes, es muy importante aceptar nuestras emociones, si es enojo, si es ira, si es nostalgia, si es tristeza, si es alegría, permitete sentirla... todo es parte de un proceso, y con el tiempo, toda esa tristeza y todo ese vacío desaparecerá...

Anna

miércoles, 14 de enero de 2009

Sólo con el tiempo de Jorge Luis Borges

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano y encadenar un alma...

Uno aprende que el amor no significa recostarse
y una compañía no significa seguridad,
y uno empieza a aprender que los besos no son contratos,
y los regalos no son promesas,
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta
y los ojos abiertos,
no con el dolor de un niño...

Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes...
y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad,
y después de un tiempo uno aprende: que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.

Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien te traiga flores...
y uno aprende que realmente puede aguantar
que uno es realmente fuerte,
que uno realmente vale y uno aprende y aprende...
con cada adiós uno aprende.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien
porque te ofrece un buen futuro
significa que tarde o
temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de
amarte con tus defectos,
sin pretender cambiarte,
puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado
de esa persona sólo por acompañar tu soledad,
irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos
son contados,
y que el que no lucha por ellos tarde o
temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un
momento de ira pueden seguir lastimando a quien
heriste,
durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo
hace,
pero perdonar es sólo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes que si has herido a un
amigo duramente,
muy probablemente la amistad jamás
volverá a ser igual.

Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz
con tus amigos,
algún día llorarás por aquellos que
dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que cada
experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o
desprecia a un ser humano,
tarde o temprano sufrirá
las mismas humillaciones o desprecios.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o
forzarlas a que pasen
ocasionará que al final no sean
como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad
lo mejor no era el futuro,
sino el momento que estabas viviendo
justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los
que están a tu lado,
añorarás terriblemente a los que
ayer estaban contigo
y ahora se han marchado.

Con el tiempo aprenderás que
intentar perdonar o pedir perdón,
decir que amas,
decir que extrañas,
decir que necesitas,
decir que quieres ser amigo,
ante una tumba,
ya no tiene ningún sentido.

Pero desafortunadamente
solo con el tiempo.

domingo, 11 de enero de 2009

Esta semana parece interminable, las horas parecen eternas, y vuelves a mí,
una vez más...

Me vuelvo a hundir, y ¿yo porqué?, ¿porqué tengo que pagar por este amor no correspondido?,
porque sufro por las tardes, durante el día, por las noches, algunas noches son insoportables...
y no hay nada bueno en ti, no hay algo que me produzca felicidad, o simple alegría...

Culpo a la soledad, por ella estoy así, por ella cada noche te sueño, y mi alma no te deja ir,
es tan egoísta!!!!, no me deja ser feliz, no me libera, ¿hasta cuándo?

Por eso, no es que quiera huir, pero necesito estar alejada, para poder superar la pérdida, la
muerte y el fracaso de un amor no consumado.

Lejos, distraída, distante, y con tiempo, dejar que pase, que se lleve todo...

He intentado todo, desde borrar todas tus cartas, guardar tus fotos, tratar de no pensar...
se ha vuelto inevitable, y prefiero dejarte un tiempo aquí, en mi interior, carcomiendome, hasta que decidas partir...

Vete dolor, vete de aquí,
Vete amor, ya no vuelvas a mí...

anna

viernes, 9 de enero de 2009

Foto: por Anna Flota

Hoy habitaste en mí por largas horas, intenté olvidarte en la playa, en el mar,
en cada ola que golpeaba mi espalda, con la fría soledad...


No conseguí olvidarte, por minutos se distraía mi mente, hablando del mundo,
de cosas triviales, y me perdía, trataba de apartarte de mí, pero ahí permanecías.


No sé porque me torturas, no sé porque no puedo dejarte atrás,
no sé si soy yo la que no te quiere olvidar, la que no puede superar esto.

He intentado todo, desde odiarte, hasta vengarme, de decirte lo que siento,
de reprocharte, de pedir perdón, de humillarme, de quedarme en silencio, de
gritarte con el corazón, de hablarte, de callarme, de detenerte, de dejarte...

La libertad es mi mayor regalo, lo mejor que te puedo dar de mí,
ya no puedo más, te dí hasta lo que no tenía, me quedé endeudada con el corazón,
te dí mis ojos para que pudieras ver mejor, te brindé mis manos, para que la tomes
cada vez que necesites, te presté mi espalda, para que apoyes tus cargas,
te dí mi amor de a poco, de a mucho, de amontón, para que te alimentaras, para que
jamás te falte nada, para que fueras feliz, y nada bastó, nada fue suficiente, o fue demasiado,
no lo sé, sin más dijiste adiós, te fuiste sin explicación, simplemente no pudiste más...

Lo sé, yo sé, te conozco, conozco tu ser, tu debilidad, conozco tu corazón, tus miedos,
tus demonios, conozco cada parte de tí, y aún así no pude hacer nada...


Me quedo conmigo, que es más de lo que puedo pedir, me quedo con el alma rota,
y la vida descocida, sin tu amor, con mi ser repleto de vida, de amor por llenar,
sin tí...

Sé que el tiempo, solo es cuestión de tiempo, de días transcurridos, de semanas, de horas, de momentos que pasan y todo pasará, pero hoy te recuerdo, hoy te pienso, hoy me dueles en el silencio, hoy no estás, ni ayer, ni antier, y tampoco estarás mañana ni pasado...

Me voy a ir lejos, lejos para no tener que pensarte, para no tener que soñarte,
para no tener que añorarte...

Me voy, me voy, me iré...


Anna


miércoles, 7 de enero de 2009

Un adiós

Foto: por Anna Flota

Esta vez, aunque no encuentre el sentido, sigo caminando,
el miedo puede comerme, puede devorarme,
y deluirme si quiere, pero sigo aquí,
entera, algo adolorida, pero en pie.

Te vas, cada vez te alejas más,
algunos recuerdos intentan atormentarme la cabeza,
algunos me mueven el corazón,
sobre todo aquellos cuando fui feliz.

Luego pienso, luego medito, luego me doy cuenta,
que a la vez, yo hacía todo por las dos,
más tu no te dabas cuenta, como me dolía tu silencio,
tu rechazo, tu indiferencia premeditada,
y yo me callaba, para no pelear, pero
dolía, me dolía, muy adentro, me herías.

Ya no me podía quedar, lo sabía,
era una muerte lenta, serena, pero hacia allá iba,
no había un destino de dos,
no había un amor eterno para toda la vida,
no había tal, aunque a veces me mentía creyendo que sí.

Aferrándome a lo incierto, a un repentino cambio,
a un milagro que pudiera salvar este amor,
todo se iba a la deriva,
el eco frío de tu voz,
la ausencia de caricias,
de palabras,
la falta de un toque mágico,
de una mirada suave,
todo se fue...

Aún así persistí, aún así no me marché,
luché hasta el final,
con el abrazo forzado,
con el beso prometido,
pedido, más no regalado,
con las manos vacías,
y a la vez deseosas de dar.

No se puede forzar, no se puede pedir más,
la derrota ahí está,
nada queda,
la lucha se ha terminado,
y así me voy.

martes, 6 de enero de 2009

El elemento que necesito, no se encuentra aquí, aún no hallo la manera de encontrarlo,
pero no desistiré en la búsqueda...

Sin prisa, me voy acostumbrado al sonido del alma...

Sin prisa, me voy acercando al corazón...

Sin prisa encuentro una parte herida y desolada,

Sin prisa voy curando las heridas...

Anna

lunes, 5 de enero de 2009

olvido


Me devoraron los demonios, el recuerdo hoy tomó posesión de mis pensamientos,
y ahí estabas tú, en ese sueño, en el que yo quería despertar ya...

Toda mi mente, la cabeza daba vueltas sin parar, el corazón se encontraba atormentado,
y solo pido que el tiempo pase, que transcurra lo más rápido posible, porque hoy,
ya no entiendo del amor, ni de la vida, hoy no quiero saber nada del destino, ni de aquello
que me pasará, porque no lo sé.

Ya no pretendo entenderte, tan solo deseo olvidarte, superarte, crear un corazón lleno, sin tí.

Mi día a día se ha vuelto un dejar ir...

Vete, vete poco a poco de mí,
no te despidas si no quieres,
tan sólo sal de mi,
sal de mi mente,
sal de mi alma,
sal de mi corazón.

Si alguna vez me amaste, dejame ir,
dejame llorar por tí, y olvidarte,
porque es lo único que anhelo,
es lo único que puedo hacer,
es lo único que he aprendido a hacer.

domingo, 4 de enero de 2009

¿cuánto dura la eternidad?

Voy cruzando el abismo, me voy quedando sin voz,
ayer cuando me despedí, sentí dolor, no fallé,
salí a caminar, pensando en aquello que no he querido recordar.
El misterio no habla, solo actúa, el destino se hace al tonto,
nadie me muestra el camino, me quedo sola encontrandolo,
dando vueltas, no consigo salir, y entro en pánico.
Temo dejar de sentir, no volver a sentir el toque de mi alma,
sigue intacta, la guardo para mí, para alguien que pueda merecerla,
no busco aventuras, busco aquello que dure la eternidad.
¿Qué puede durar la eternidad?
¿Qué se necesita hacer para tenerlo?
Camino sin sentido, sin rumbo, ni intención,
hacia la nada, deambulo, con todo y nada a la vez,
respirando para poder vivir, y con la nostalgia recostada en la espalda.
Hoy me llevo a la luna, la noche cubrirá mi tristeza,
y el sol se llevará la nostalgia...

sábado, 3 de enero de 2009

Me perdí, en tus labios me perdí, quise darlo todo y me perdí,
en tus ojos me perdí, aquella tarde eterna me perdí, mientras me mirabas yo soñaba,
y me perdí...

En las noches te pensaba, te abrigaba en cada sueño, te deseaba...
y quería compartir el mundo a tu lado, comprar un mar de estrellas, y
regalarte cada atardecer, cada estrella fugaz, cada luna llena, y mientras tanto
me perdí...

En tu vientre me perdí, en tu calma me envolví, y dejé de ser quien soy, por dartelo todo a tí,
y en ese instante, no supe más, no sabía más,
y caí...

Fui cayendo corazón, de aquella ilusión que me vendiste, de aquella vida que prometiste,
y sin más te fuiste, te llevaste mi alma en tus puños, y me dejaste sin nada, sin aliento, ni suspiros, y me fui...

Un adiós tuvo que decirse sin ser jamás pronunciado, las palabras no cabían, me llené de silencios y de lágrimas, y en abrazo me despedí...

En un adiós me despedí, te lo dije, te lo dije con el corazón...

algo de ayer...

Dicen que el tiempo cura las heridas, que la distancia ayuda al olvido, y que de amor nadie nunca se muere...
Es verdad, dicen muchas cosas, vemos muchas cosas, pero cada quien vive su propia experiencia, y yo, yo no sé que más decir...
Me voy separando poco a poco de todo aquello que viví,
de los recuerdos, de la vida que una vez tuve, pero que no me pertenecía,
porque finalmente no era para mí, a veces necesitamos llegar a ese límite, de darlo todo, de debsbordarnos de amor, para finalmente perderlo, y volver a comenzar.
Así me encuentro, como un buen perdedor, apostando todo al amor, a la vida, a aquello que desconozco, pero que inciertamente creo, en una pequeña ilusión.
El miedo, de ser tan grande, se va volviendo pequeño, ya no me asusta, pues el dolor fue tan fuerte, y la caída tan grande, que no puedo temer más.
Se ha ido, ya no volverá jamás, no quiero que vuelva, quiero estar así,
en soledad, en silencio, en calma, en llanto interno,
no quiero más,
no quiero despertar, quiero seguir vagando en el letargo,
seguir soñando lo que nunca pude hacer realidad,
lo que alguna vez tuve,
pero que nunca fue para mí.