sábado, 3 de enero de 2009

Me perdí, en tus labios me perdí, quise darlo todo y me perdí,
en tus ojos me perdí, aquella tarde eterna me perdí, mientras me mirabas yo soñaba,
y me perdí...

En las noches te pensaba, te abrigaba en cada sueño, te deseaba...
y quería compartir el mundo a tu lado, comprar un mar de estrellas, y
regalarte cada atardecer, cada estrella fugaz, cada luna llena, y mientras tanto
me perdí...

En tu vientre me perdí, en tu calma me envolví, y dejé de ser quien soy, por dartelo todo a tí,
y en ese instante, no supe más, no sabía más,
y caí...

Fui cayendo corazón, de aquella ilusión que me vendiste, de aquella vida que prometiste,
y sin más te fuiste, te llevaste mi alma en tus puños, y me dejaste sin nada, sin aliento, ni suspiros, y me fui...

Un adiós tuvo que decirse sin ser jamás pronunciado, las palabras no cabían, me llené de silencios y de lágrimas, y en abrazo me despedí...

En un adiós me despedí, te lo dije, te lo dije con el corazón...

algo de ayer...

Dicen que el tiempo cura las heridas, que la distancia ayuda al olvido, y que de amor nadie nunca se muere...
Es verdad, dicen muchas cosas, vemos muchas cosas, pero cada quien vive su propia experiencia, y yo, yo no sé que más decir...
Me voy separando poco a poco de todo aquello que viví,
de los recuerdos, de la vida que una vez tuve, pero que no me pertenecía,
porque finalmente no era para mí, a veces necesitamos llegar a ese límite, de darlo todo, de debsbordarnos de amor, para finalmente perderlo, y volver a comenzar.
Así me encuentro, como un buen perdedor, apostando todo al amor, a la vida, a aquello que desconozco, pero que inciertamente creo, en una pequeña ilusión.
El miedo, de ser tan grande, se va volviendo pequeño, ya no me asusta, pues el dolor fue tan fuerte, y la caída tan grande, que no puedo temer más.
Se ha ido, ya no volverá jamás, no quiero que vuelva, quiero estar así,
en soledad, en silencio, en calma, en llanto interno,
no quiero más,
no quiero despertar, quiero seguir vagando en el letargo,
seguir soñando lo que nunca pude hacer realidad,
lo que alguna vez tuve,
pero que nunca fue para mí.