domingo, 24 de enero de 2010

el corazón se detuvo...

mi aliento suspiró, la verdad siempre se sabe,
las intenciones siempre marcan lo que hay,
y no miento, así soy, aunque a veces omita palabras,
siempre sostengo lo que doy...

¿Sabes qué es hablar con la verdad?
qué es hablar con el corazón?
qué es decir adiós aunque te duela?
qué es caminar descalzo bajo piedras... y sentir como duele,
como pesa el andar...

Sabes lo que es amar en silencio...?
Llenarte de fantasías, de locuras, de desborde apasionado,
de ilusiones, de sensaciones...

Sabes el valor de una amistad...
de la lealtad, del compañerismo, del apoyo, del conforte,
de sostener una mano, de guiar, de servir, de ser...

Sonrío, tal vez, no he vivido mucho, quizá las cosas más sencillas
son las que me hacen más feliz, las que no planeo, las que no medito,
aquellas que surgen de la nada, esa es la vida, la que sorprende,
la que busca aventura, desconcierto, asombro, la que despierta tus sentidos,
la que arriesga, la que te llena, la que te dicta el corazón...

Puedo ignorar tanto de todo, pero a la vez me mantengo despierta,
porque la verdad es aquello que libera el alma,
la palabra, muy astuta, hiere o ama... es poder...
El día llenó momentos de impaciencia,
quería llenar el hueco en mi interior,
para qué mentir, quise mirar atrás para recordar,
aquello que una vez fui, y que hoy me hace ser lo que soy.

¿Qué encontré?
Me topo con recuerdos, con sonrisas, con malestar,
me encuentro feliz y a la vez inconforme, sabía que
merecía más, que me conformaba, pero que así decidí ser feliz,
a los pocos minutos, quizá al poco tiempo, me di cuenta de algo,
que aquella felicidad, no dependía absolutamente de nadie,
dependía de mi,yo era la responsable de mis días,
y de aquello que yo podía transformar como bueno o malo,
comprendí que el vacío no es culpa de nadie, sino de mi misma,
que yo me debo ocupar de mis necesidades, de mi sentir, de mis afectos.

Miré por un instante hacia atrás, me vi a mi misma,
contemplé mi sentir, y si, es real cuando uno dice que el que ama,
es aquel que se siente lleno, y así fue, me sentía llena, de tanto amor,
que sabía podía, y aún puedo dar, de todo aquello que desbordaba en mí,
que me inundaba en la totalidad, eso era el impulso de seguir, de ser mejor,
de procurar crecer y ser feliz...

Ya no miro atrás con nostalgia, quizá por momentos, miro atrás con la mirada
y el alma templada, que di todo, que di lo mejor de mi, con mis defectos y
virtudes, pero ahí siempre estuve, sin más, entera, como hoy lo estoy,
con heridas, con marcas, pero con un corazón repleto de dar, de servir, de expresar...

Mis noches se vuelven ternura, mi voz se hace melodía, mis manos me invitan
a soñar, mi mundo se vuelve aventura, mi todo se llena de vida...