domingo, 21 de marzo de 2010

Y en la orilla del mar,
mientras rozo el instante,
la luna se vuelve mía,
la siento tan dentro de mi,
sus manos frías abrazan mi cuerpo,
y la noche es testigo de arenas y amores,
de días con eternidad...
Ampliando visitas,
anhelando sueños,
volviéndome prisa,
calma, silencio...
-y tempestad-

De tarde...

Y en la tarde, mientras el sol se pone,
siento la brisa recorrer mi cuerpo,
en tus instantes, en tu piel desnuda,
en cada verso que dibujas, y me desvelo
entre tu cintura y tu cabello...

Alisando el camino, mi bello sentir,
un suspiro que deja sin aliento,
un cierto aire a ti...