martes, 3 de diciembre de 2013

he aprendido

 
Y he aprendido que lo que llega rápido, rápido se va,
que aquello que es para ti siempre regresa,
que lo que vale la pena requiere tiempo, entrega, alma y corazón...
 
Nosotros vamos forjando nuestro camino, pero en nuestras manos está
nuestro destino, somos autores de nuestro libreto,
y hay que amar y abrir el corazón
las veces que sea necesario, aunque nos lastimen,
aunque a veces duela, porque sólo así nos hacemos más humanos,
más sensibles, y valoramos a los que están y a los que también se han ido..
 
En la vida estamos para aprender muchas lecciones, para sensibilizarnos,
no para hacernos más duros, ni más fríos, ni más egoístas,
sino para ver dentro de nuestra alma, para
entregarnos, para luchar por lo que queremos,
para ser mejores cada día,
para amar mejor...
 
De los tropiezos uno aprende, de los errores, de lo que a veces callamos, de lo
que a veces decimos demás...
 
Cuidando siempre las palabras, el amor se demuestra en hechos,
en acciones, en detalles que son día a día, en muestras de cariño,
en atenciones, en miradas, en versos, en pláticas, en caricias,
en el buen trato, en la confianza, en el compromiso, en el dar y recibir,
en la comunicación, en el ceder, en acordar... pero sobre todo... en la libertad...
 
 
Existe el amor mucho más allá del que conocemos, el amor que da y no espera
nada a cambio, ese amor que nace del alma, que brota desde nuestro interior
que no es sexual, que acompaña, guía, está presente aún en la ausencia...

si viviéramos sin cuerpo, y solo fuéramos luz, estaríamos todos en un gran fuego...

anna

 


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